Con un martillo de justicia
y campanas de libertad,
voy cantandole a la vida
a ver que puedo salvar.
A veces me pongo triste
cuando no entienden mi canto,
hasta creo desencanto
pero luego me levanto
y al diablo no los aguanto ¡viva mi canto!
Cuando escribo
no distingo entre servil y ser vil,
pues ambos me dan lo mismo
yo dedico lo que escribo
al puebo de mi paìs.
Jamàs adulo al pudiente
ni al patan ni al hijito de papà,
ni al creido que se cree el màs màs de los demas,
yo me debo en este mundo a los Cristos de verdad.
¡Que vivan los desterrados
los que sufren al comer,
los niños pata en el suelo
los muertos por la violencia
y los que mueren de pie!
Con martillo y con campanas
le saco al mundo la amadre
y me largo con mi canto
hasta las cinco de la tarde.
1 comentario:
Este poema no lo había visto yo!! Mejor, mucho mejor. Sin violentarse, sólo expresarse. Quejarse,decir las cosas como son, en ti, claro. En tus sentimientos. No en el de todos. un beso, me gusta, eh...H_
Publicar un comentario