Son las seis menos quince de la tarde,
dia hasta ahora uraño
y taciturno,
refrigerado a menos cero
en esta hinòspota ciudad
donde el corazòn es selva
y el cuerpo se convierte
de pronto en infernal,
bajo los grises que cubren
el paraìso de sol y de estrellas,
siento ganas de descubrir la vida
y hacer algo para que sea diferente,
la contaminaciòn del ambiente
es como pan caliente,
sacado del lodo
y lo peor de todo,
es la indiferencia que reina
entre cerveza y comida,
es seguir muriendo
solo interesa gozar el dia,
sin haber descubierto nuestra vida,
es como fermentar nuestras mentes
y dejar que se venga la noche,
es el mercantilismo del ambiente
todo debe ser asi,
por mandato de los apus
que de paso no son apus,
sino los nuevos adinerados de la selva
son los que mandan y se imponen,
aunque deba correr la sangre humana,
ellos son la vieja historia
de gigantes que juegan a la muerte,
tal vez porque no sienten vida
o quizà porque aùn no descubren su muerte,
mientras tanto hay que seguir
hasta descubrir la vida
y disilucionarnos si todo es muerte.
1 comentario:
Este poema, es el tipico que dibuja una escena, y mira, he podido verte, eres encantador, de verdad, te felicito por el poema. Un beso.
HMR_
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