05 mayo 2010

ADIOS

pOR: pACO007.
Adios
es mucho
después
que nunca,
es
el adolorido camino
de quienes
jugamos
como
niños sin juguetes,
somos víctimas
de nuestros
desalientos,
somos ciegos
porque
nuestra mirada
está
en los ojos
del viento,
mirando
tal vez
si existe tiempo
o quizá
mirando a Dios;
todo terminó
en el apretado
mundo
que me impuse,
un mundo sin odio
sin rencor,
un mundo
con capacidad de amar
y pensar
en los sufridos,
en aquellas
caritas tristes
que duermen el frio,
de la indiferencia
de la hipocrecia,
tal vez seamos
sepulcros
blanqueados,
llenos
de maldad
de envidia
y de odio,
tal vez jamás
se verá
nuestra inmundicia,
llevaremos a cuestas
una cruz
sin calvario,
quizá
se nos crucifique
con clavos de olor,
pero algún dia
pagaremos
con olvido
toda la terrible
masacre
que cometemos
a diario,
quizá al final
de lo que somos
nos atreveremos
a decir ¡ adios !

(AGRADECIENDO SIEMPRE A QUIENES ALGUNA VEZ ME LEYERON LES DIGO LA FRASE QUE LA LLEVO CONMIGO: "QUIZÁ AL FINAL DE NUESTRA VIDA, LEJOS LA META ESTÉ, PERO EL CAMINO ES CLARO").


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una canción de Juan Manuel Serrat y tiene una gran moraleja, espero que al autor del blog le agrade.
El era un auténtico príncipe azul
más estirado y puesto que un maniquí
que habitaba un palacio como el de Sissy
y salía en las revistas del corazón,
que cuando tomaba dos copas de más
la emprendía romper maleficios a besos,
más de una vez, con anterioridad
tuvo su alteza problemas por eso.
Un reflejo que a la luna se le escapó
en la palma de un nenúfar la descubrió
y como en él era frecuente,
inmediatamente la reconoció.
Ella era una auténtica rana común
que vivía ignorante de tal redentor,
cazando al vuelo insectos de su alrededor
sin importarle un rábano el porvenir
escuchaba absor ta a un macho croar
con la sangre alterada por la primavera
cuando, a traición, aquél monstruoso animal
en un descuido la hizo prisionera.
A la luz de las estrellas le acarició
tiernamente la papada y la besó
pero salió rana la rana
y su alteza en rana se convirtió.
Con el agua a la altura de la nariz
descubrió horrorizado que para una vez que ocurren estas cosas funcionó al revés
y desde entonces no hace más que
brincar y brincar.
Es difícil su reinserción social
no se adapta a la vida de los batracios
y la servidumbre, como es natural,
no le permite la entrada en palacios.
Y en el jardín frondozo de sus papás,
hoy hay un príncipe menos

Anónimo dijo...

El que mucho se despide es porque no se quiere ir...T.K.M...este tesoro de página no se puede dejar..

Anónimo dijo...

Como se llama esa canción tan hermosa de Joan Manuel..?..

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