Atravesé
tus entrañas
en busca
de alivio
para mis
noches
de sed;
bebí
y seguí
bebiendo
los néctares
de tu cuerpo;
pero mi sed
era tanta
que vacié
el océano
fruto
de los desengaños
que
te hicieron
mujer;
ya tus olas
son ilusiones
ya la lluvia
de tu vientre
es sequía
para
mi tierra fértil;
el mito
de tus
pasiones
quedó
dormido
como
la torre
de un templo
como pedregal
sin palomas;
el eco
de tu voz
es un
monumento
al desequilibrio
mental
que grita
en tus ojos;
ahora
solo queda
la huella
de
tu imperio.
2 comentarios:
IMPRESIONANTE la voz que como el eco entre campanas, alli en el campanario y en el templo,donde sin palomas,y sin el batir de sus alas me ha llegado a lo mas hondo de mi ser.
Me encanta el papel que has escogido para la pared, a rayas rosas, en una misma gama pero con diferente tonalidad e intensidad.
Un beso, Paco.
H
Lento, lento, lento es el poema: una balada sin trompeta.
Porque sino, seria demasiado triste.
H
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