Cada año que
hacemos la farza
de caminar
juntos y compartir.
Cada año que
llevamos
a cuesta nuestra soledad.
Nuestra aborrecida
maldad.
Cada año que
estamos
lejanos de la realidad.
Cada año que
estamos
cercanos a
lo que no somos.
Abrazos,
besos y bendiciones
es nuestra
consigna.
Regalos y
muchas caricias.
Que falsos que
somos
mientras
doblamos el espinazo
y nos golpeamos el pecho.
Y mientras no miramos
la sistemática
lluvia
de hambre y
soledad.
Mientras la
alta suciedad
nos quiere
convencer
del sacrificio
que hace
para no
empobrecer,
se va
formando el tsunami
de los que
nada tienen.
Aquellos que
reciclan basura
para alimentarse.
Los tiempos se
repiten.
Vendrá una
oleada de agua humana
y nuevamente
mucha muerte
para resurgir.
Los pobres
comerán pan
Y los ricos
mierda.
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