Te quise tanto y ahora no sé de ti.
Trágica y difusa no estabas más
y la luz de tus ojos se mudó de ti.
Tu ausencia es un grito desesperado,
un ayúdame que muero.
Un morir desgarador.
Silencio y turbación,
dolores y aflcción, no hay voz menos amor.
Saliste como paloma profunda
volaste como águila y en lo ancho del espacio
quedaste para siempre y ya no estan tus manos,
solo alas de olvido quedaran para siempre
incrustadas en caminos de sol.
Hoy la muerte huele a ti
y exhala fragancias de tu ayer.
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