Tienes una ternura soñada.
Me atrevo a pensar que no eres tú.
Llevas melodias en tus ojos
y una cadencia de violines al andar.
Te llamas pensamiento
y no te miento hoy te amo mucho más.
Me gustas cuando el perfume de los vientos,
acaricia tus mejillas en invierno.
Me gustas las mañanas de setiembre
pero más y más me gustas
en la lluvia auroral.
Dulsura te llamaré desde ahora
y aunque no puedo tocarte,
juro que solo mia serás.
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