Rojos fueron aquellos días
de aquel invierno de dolor
recien en primavera descubri
lo duro y amarga que es la soledad
me imaginé tercamente con pasión
indescriptible lo que diría tu boca
necesitaba escucharte
sentir tus labios moverse
yo quería que me digas
con dulsura que me amabas
tus labios no se movieron
tus ojos no se cerraron
y tu palabra el silencio
que de ti nunca esperaba
ahora mi corazón está herido de pena
porque la mujer que ame
en vez de entregarme amor
me entregó dura condena.
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