Cuando la última sombra cierre mis ojos
y me trasunte a la luz sideral del pensamiento,
pienso que mi alma correra libre
como corren los deseos de la gente,
de esa legión de seres buenos
que viiven olvidados y a su suerte,
mi memoria quizá se quede ardiendo
como señal de recuerdos a la muerte
como llama de olimpica victoria
de las patrias derrotadas y sin suerte.
Habrá un día eterno donde todos
pensemos hacer un mundo nuevo
sin cobardes, mezquinos, criminales.
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