Ayer muy noche acaricie tu cuerpo y te he sentido
sin que mis manos corrieran más allá de mis manos
sin que huyera mi cuerpo ni mi sentido
de una manera casi humana te he sentido palpitar
no se si como pulso u ola errante o simplemente como sangre
Por mi cuarto recorrí las sombras mustias
mientras tu cubrías tu cuerpo con la oscuridad
y tus ojos bajaban y subían sin quererme alumbrar
Y mientras no hay amanecer solo silencios
siento los latidos de la noche que se quedan como ecos
retorcidos en tu piel azul corteza de mis sueños
Ahora ensangrentada la distancia de esperarte
como espuma que revienta en mi nosdtalgia
como fuego que renace del recuerdo
brotas lenta y misteriosa del abismo
donde habitas con tu eterna soledad.
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