El llanto más profundo
aún más que la tierra
lo canta mi guitarra
en otoñal pradera
El viento es el testigo
del despliegue de cuerdas
que en armoniosa trenza
pobla la niebla entera
No hay quimeras
ni recuerdos estas tú
dibujada en los bordones
que gritan plenamente
sostenidos en tus labios
de un ayer que se levanta
como símbolo borroso
de un amor que desespera
Lloran sangrando
y una voz en el silencio
va deshojando los besos
que ayer fueron traviezos
y hoy son secas yerbas
adheridas a tus cuerdas
Guitarra de luna llena
de soledades injustas
de silencios y de penas
Guitarra de frío otoño
madero de mi lamento
condename en el momento
a ser tu exclavo y señor.
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