Escucho hasta como se ríen
las montañas por todas sus laderas
hasta se desploman en estruendos azules
y en copos de plata
Mientras abajo las aguas
mesen peces de colores
que lloran y el agua es su llanto
escucho el llanto
y consumo la noche
bebiendo licores de penas y cantos
la tristeza es inmensa
como un abrazo de Dios angustiado
oigo su congoja como horas lentas
que mesen mis versos
que se vuelven papeles sobre el suelo
boucher de banco odiado
se vuelve humo de cigarrillo no deseado
y escalo la tierra preñada de ausencia
poco importa todo
poco amor o poca vida
yo nací para sustraerle rosas a las espinas
y pasearme por las anchas avenidas de la muerte.
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