Por: Paco007.
Son ocho para las seis de la tarde,
una tarde ploma como algunas palomas.
tarde entristecida y sometida
a nuestros caprichos,
a nuestros deseos
pero trabajada con ahínco y tesòn,
martillada por brazos que se alejan
y humedecida por el sudor;
pienso en los niños sin refugio
que se reparten el pan que encontraron
y en silencio se elevan,
como hostias consagradas
invitándonos a participar de su fe
y de su candor;
En hora y media regreso a mis quehaceres
a pensar en mejorar mis proyectos,
aunque la cabeza la tengo conquistada
por la mirada dulce de una princesa de cuento,
que me aprisiona las ganas
y con sus ojos me llama al amor,
trato de mirar las cabezas de los árboles
de pensar que haré primero,
pero los ojos sinceros de esa nena
me arrebatan,
hasta que pongo punto final a esta tarde
sin colores,
llena de penas blancas
y de dolores,
masticada por el hambre
de aquellos niños
y alegrada por la mirada,
de esa princesa de cuento
enamorada que me causo
admiración.
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