En mis tardes de tristezas
descubro que tus ojos son océanos
y yo un velero solitario
que navega desapercibido por tus olas
Hay una ausencia que decapita mi alma
y mis brazos reman evitando naufragar
entre las sombras oceánicas de tus labios
que se cierran como compuertas ante el vendaval
Hago lo indecible por respirar
salir a salvo de tus costas sublevadas
pero no encuentro ninguna orilla donde anclar
solo hay tinieblas y viento en contra para llorar
Mientras espero el centelleo de las estrellas
siento a los pájaros noctámbulos
atravesando mi tristeza embalsamada de océano
no se si mañana llegare al puerto donde hallare luz.
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