tu que desayunas la húmeda tierra
y un olor a sangre expide tu cuerpo
y en carreta huyes llevando en los hombros
la emoción profunda que canta en la sombra
pregúntale al aire lo que tu quieras
pídele los panes de tu desayuno
dile que hace tiempo estás en ayuno
tus manos en cruz sudaran silencios
y tu frente en alto mirando la luz
en siete palabras cargaras tu cruz
fraterna mañana de triste final
entrégame el alma del anochecer
con rotas nostalgias con rojo placer
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