cuando lleguemos a la precaria casa de los higos secos
a la rivera del marfil enfurecido
apuntando los ojos a la cresta de las sombras
habremos llegado al horizonte que un dia me dio
la pureza de los llantos de la vida
sellando largamente los terrales
donde duermen la pepitas de rocio
con la caricia de los picaflores
que no cesan de beber la miel
ya viene la paloma antigua y entre sus alas vive un clavel
adormecido en el arrullo de un recuerdo que nunca fue
ahora mi amada soledad esta con frio
al pie del mar se van sus olas
en busca de piedras negras
llevandolas en su lengua al jardin de no ser
mi territorio es muy bello lo habita aun mi voz
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