Hoy eché andar bajo la luz de la luna,
leyendo Oscar y Amanda de Regina Mar
aquella Amanda niña transformada en breve tiempo
en adorable mujer.
I pensando en alguna de su maravillosa narrativa,
recordè que lo humilde es lo màs grande
y hoy como ayer rico o pobre,
poderoso o humilde seran como para Oscar y Amanda
lo que siempre fueron para mi : protectores y amigos,
porque asi es la vida un bello jardin
que arropa a todas las`plantas,
que nos siembra de ilusiones
de sueños y frenesi.
Mientras las horas avanzan
y las nubes coronan a la luna,
voy sintiendo dentro de mi
una mùsica preciosa,
que convertida en mi sangre
navega en olas de plata,
que se besan y se abrazan
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