Que cruel combate
es hermano contra hermano.
Y mientras eso sucede,
la sabia tropical destila amores
madura frutos y burila flores
sin importarle si es invierno o es verano.
Y con mi sangre riega loma y llano,
sintiéndose en los valles olor a vida
que descansa entre penas y dolores,
interrumpiendo el grito del hermano.
En esta tierra donde no hay volcanes
me asombra el odio que se tienen los hermanos,
cual ofidios a la guarda de la presa
y cuales buitres que esperan su merienda.
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