Hoy que regresaste hubieron dos silencios.
No hubo luz pero estuvieron nuestros pensamientos,
que alumbraron nuestra tierna obscuridad.
Que hermoso es estar juntos y no decirnos nada.
Solo las miradas se estrecharon en miradas,
como rompiendo el hielo de nuestra soledad.
No hubieron besos, solo miradas y nada más.
Tal vez nuestros corazones sí hablaron,
sobre el silencio de nuestros amores.
Sobre la ternura, sobre nuestra cruda realidad.
No hablaron de besos, de pasión profunda.
Quizá si de pena, de tus labios buenos
Y de aquellos sueños que no volverán.
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